Nueva normalidad, nuevos desafíos

Nueva normalidad, nuevos desafíos

La “nueva” normalidad ya es un hecho. La pandemia de COVID-19 transformó al mundo, las prácticas culturales y de consumo, las relaciones sociales y laborales. En este nuevo contexto, que se impuso sin aviso, las empresas se enfrentan a varios desafíos, probablemente inéditos para la mayoría.

Indudablemente hoy el recurso humano se posiciona en el centro de la escena. Nos enfrenta a sentir con nuestro cuerpo, cabeza y corazón, adaptarnos a lo desconocido, lo incierto, lo ambiguo, lo complejo, lo volátil.

Se le suma a ello, que muchos sectores han sufrido bajas en la demanda generando pérdidas de fuentes de trabajo y hasta puso en riesgo a las empresas.

Momento de cambios e incertidumbre y las organizaciones deben adaptarse a una realidad laboral que exige más que nunca desarrollar una estrategia que equilibre la continuidad del negocio con la salud y la tranquilidad de su fuerza laboral. Esto significa tener presente los desafíos más apremiantes y encontrar soluciones efectivas.

Es la cultura organizacional

Mantener a sus integrantes seguros y motivados es uno de los principales objetivos. Para ello, ingresamos definitivamente en una era donde la cultura empresarial será fundamental a la hora de afianzar objetivos y búsquedas en común. Será ella quien nos brinde el marco y horizonte compartido para todos los colaboradores. Comenzamos a transitar paradigmas donde lo cualitativo condicionará a lo cuantitativo.

La cultura organizacional no es algo estático, no se tiene en un cajón, debe ser gestionada, y de manera eficiente. Es fundamental conocer qué piensan y sienten los empleados para identificar las fortalezas y debilidades de la empresa.

Es aquí cuando el liderazgo pasa a tener un rol fundamental. La palabra y acciones de los mandos altos y, fundamentalmente, los mandos medios serán las que definan la cultura, se convierten en una auténtica creación de declaración de valores y que deberán estar reflejados en sus decisiones y comportamientos.

Estudios especializados indican que los empleados de las empresas viven la nueva normalidad con mucha incertidumbre, temores y desconcierto, tanto en términos económicos, financieros como de su salud y seguridad. Teletrabajo, pérdida de fuente laboral, cambios sustanciales en la operatoria de tareas, nuevas aptitudes y capacidades.

Por lo tanto, es fundamental definir e instrumentar nuevos paradigmas, acompañados por prácticas y actividades innovadoras, que ubiquen la dimensión humana en el centro del desarrollo de las personas y las organizaciones.

Adaptarse al cambio

Para poder adaptarnos y superarnos la formación y la orientación profesional juegan un papel clave. Es fundamental capacitar (se), adquirir nuevas habilidades y competencias. Perfeccionarlas y reciclarlas profesionalmente ante un entorno cambiante y muy exigente en términos de capacidades tecnológicas.

Debemos brindarles a los integrantes las herramientas para poder lograr esa adaptación, asumiendo que todos debemos aprender a aprender. En este escenario, se deberá prestar especial atención a la comunicación, la empatía, el compromiso, la responsabilidad, el trabajo en equipo y la motivación.

Generando espacios de retroalimentación, la “cercanía” nos permitirá actuar de manera más eficiente en la labor de gestión y gerencia, y posiblemente identifiquemos nuevos talentos, conozcamos mejor a las personas, logremos generar nuevas ideas, concretemos objetivos y superemos nuevos desafíos.

aRHª Consulting & Outsourcing